Un buen entrevistador debe tener una base de formación científica que comienza por tener unos principios básicos sobre qué es la memoria, qué tipos existen y su funcionamiento. La memoria según la RAE es la facultad psíquica a través de la que se puede retener y recordar las cosas que han pasado, otra definición la da Manzanero (2008) diciendo que son recuerdos sobre las experiencias que se han tenido en el pasado.
Existen diversos modelos cognitivos que explican el funcionamiento de la memoria, uno de ellos es el Modelo Modal de la Memoria de Atkinson y Shiffrin (1968) en el que hay tres tipos de memorias que son la sensorial, corto plazo y largo plazo. Según este modelo, el funcionamiento de la memoria consiste en que una información de entrada denominada “input” se registra en la memoria sensorial durante unas fracciones de segundo para después pasar a la memoria a corto plazo, dónde se mantiene unos segundos para posteriormente almacenarse en la memoria a largo plazo.
La memoria a largo plazo es verdaderamente importante para el entrevistador porque de este almacén obtendrá la información de la víctima. Para profundizar sobre la memoria a largo plazo se verá la clasificación de las formas y tipo de la memoria según el modelo propuesto por Squire (1992) en el que nos dice que la memoria a largo plazo está dividida en tipo explícita y tipo implícita, a su vez, la explícita está dividida en memoria episódica y semántica y la implícita en condiciones y habilidades. Silva (2017) explica que la memoria implícita se refiere a episodios dónde ha existido un aprendizaje y se recupera la información de manera no intencional mediante la ejecución y no por el recuerdo como pudieran ser habilidades motoras o cognitivas, en el lado opuesto se encuentra la memoria explícita que recupera la información de forma intencional sobre episodios concretos en un momento y lugares específico (memoria episódica) como la información sobre las características de conceptos que no requieren conformación de episodios en el mismo tiempo y espacio (memoria semántica). Manzanero (2008) hace un resumen más breve diciendo que la memoria a largo plazo está divida en memoria episódica y semántica, siendo la memoria episódica los recuerdos y la memoria semántica los conocimientos.
La memoria episódica, a su vez, está configurada por tres procesos que son codificación, retención y recuperación. El proceso de codificación es el proceso de interpretación por el que después de la interpretación de una información, se selecciona y se integra a la memoria. El de retención es la forma con la que pasa el tiempo en la información almacenada y en este proceso la recodificación altera la información. La recodificación son los procesos que tienen lugar después de la codificación del suceso inicial y que da lugar a modificaciones en la de memoria (Tulvin, 1973) o los efectos de la repetición en contextos distintos provoca su difusión y el solapamiento de indicios (Manzanero, 2008). El tercer proceso es la recuperación que podría ser la parte más difícil porque es dónde se extrae la información e interviene el entrevistador.