Conocido más sobre la memoria y los recuerdos, surge la pregunta de la exactitud de los recuerdos infantiles, duda que investigan Luus y Wells (1992) obtienen unos resultados que muestran que los menores de edad son tan exactos como los mayores si se les pregunta claramente y no presionándoles, y si se les atosigaba con preguntas, se mostraban más inexactos. Los menores tienen una gran precisión si se les pregunta por hechos familiares o que han sido relevantes para ellos (Carrasco, 2012). Otros autores como González (2015) dice que la exactitud de un relato es más inexacta cuánto menos edad tiene el niño e incluso algunos señalan que la precisión de los recuerdos de un niño empieza a ser alta cuyo tienen sobre dos años y medio (Zwiers y Morrissette, 1999). En el lado opuesto, los menores tienen una gran precisión si se les pregunta por hechos familiares o que han sido relevantes para ellos (Carrasco, 2012).
Para conocer sobre la exactitud de un relato infantil se debe saber que en la entrevista a una víctima ASI cuyo se le pide que relate lo ocurrido en un momento determinado se provoca que el menor tenga que acceder a sus recuerdos autobiográficos. Pero, ¿qué es el recuerdo autobiográfico y en qué memoria se encuentra? Manzanero (2008) dice que “es el recuerdo de un suceso vivido en primera persona que hace referencia a la memoria autobiográfica” y Conway, Rubin, Spinnler y Wagenaar (1992) cuentan que la memoria autobiográfica es una de las partes que tiene la memoria episódica.
El menor al transmitir esos recuerdos al entrevistador puede cometer errores que Manzanero (2015) cataloga como errores en la memoria llamados de omisión y los de comisión, los de omisión se debe a que faltan detalles importantes en los relatos y que las víctimas no cuentan todo lo que ocurre ni lo que cuentan lo relatan con todos los detalles debiendo esto a la ausencia de un lenguaje apropiado para su descripción o a la vergüenza para relatar ciertas cosas. En el lado opuesto dice que están los errores llamados de comisión porque meten información falsa aunque sea deliberada por efecto de información postsuceso, inferencias erróneos o inadecuada distinción entre realidad y fantasía.
La exactitud de esos recuerdos autobiográficos depende de múltiples factores que Manzanero (2008) señala que son:
Nivel de estrés en la recuperación o codificación
La implicación en el hecho vivido.
La edad del niño.
La técnica para recordar que se use.
Aunque estos no son los únicos factores que alteran la exactitud, también existen los problemas perceptivos, la interpretación de los hechos, la inferencia de información no procesada, el paso del tiempo o la incorporación de información falsa post-suceso (Manzanero, 2015). Existen múltiples factores que alteran la exactitud y por este motivo se hace necesario contar con una clasificación de los factores que pueden alterar y contaminar los testimonios, un ejemplo de clasificación lo da el propio Manzanero (2015) clasificándolos según sean debidos al suceso, testigo o sistema.
Los factores del suceso son los aparecidos por el tipo de violencia del suceso, las condiciones perceptivas, dolor sufrido, frecuencia, familiaridad, duración, intensidad del hecho. Los factores del testigo son los relacionados con la forma individual de codificar e interpretar los hechos de cada persona. Aunque dos personas observen un mismo hecho, estas dos personas relatarán el hecho de forma distinta. Y, por último, los factores del sistema que son los más importantes porque en los factores del suceso o del testigo los posibles actores intervinientes no han podido participar y no se puede controlar pero en los factores del sistema sí que intervienen los actores ya sean actores policiales, forenses o judiciales. Manzanero (2015) clasifica los factores del sistema en demora, recuperación múltiple, formato de recuperación e información post-suceso.
El primero, la demora es el tiempo transcurrido desde que se produce un suceso hasta que se recupera la información y esto se debe a que cuanto más tiempo pasa desde que se ha presenciado o aprendido una determinada cosa, más fácil es olvidarla (Manzanero, 2015).
El segundo, la recuperación múltiple es la cantidad de veces que el menor relata los hechos ocurridos y es una de las causas principales que distorsiona los recuerdos y tienen resultados negativos sobre la calidad y exactitud de los testimonios (Manzanero, 1993). Un menor es requerido innumerables veces para contar los hechos a padres, hermanos, profesores, policías, jueces, abogados, terapeutas, médicos…
Un niño víctima de una agresión sexual puede ser preguntado alrededor de unas treinta o cincuenta veces, por unas nueve personas diferentes (Humphrey, 1985). Manzanero (2015) explica que una persona que vive una situación atípica implica que piense con frecuencia en lo sucedido, esto provoca que se reconstruya la huella de la memoria, quiere decir esto que se transforman los recuerdos al ir añadiendo más datos nuevos.
El tercero es el formato de recuperación que es lo que se investiga en este trabajo y es importante porque según sea el formato que se use se provocarán más o menos errores en la exactitud.
El cuarto es la información post-suceso que significa que toda la información ajena a los testigos puede tener como efecto contaminar sus recuerdos (Manzanero, 2015). Dicha información procede de los medios de comunicación, de interrogatorios o formatos de recuperación inadecuados que aportan información, de comentarios con otras personas que hablan con las víctimas…todo esto provoca falsas memorias o recuerdos.
Manzanero (2015) indica que además de afectar la información post-suceso a la exactitud también provoca una alteración de la calidad, dificultando posteriores evaluaciones de la credibilidad de los testimonios y expone las siguientes cuestiones para minimizar el efecto contaminante de la información:
1. Avisar de la posibilidad de que se esté aportando información falsa para que los testigos estén en alerta y la detecten.
2. Realizar los interrogatorios con preguntas abiertas mediante protocolos adaptados a cada tipo de testigo, evitar la presión para recordar y las preguntas cerradas sugestivas.
3. No demorar la toma de declaración y minimizar el número de entrevistas.
4. Disminuir la posibilidad de que los testigos puedan compartir información entre ellos.
5. El autocontrol de los medios de comunicación al difundir información sensible antes de que concluyan las investigaciones.
6. Recoger todas las manifestaciones de los testigos antes de las posibles intervenciones psicoterapéuticas.